LA FLOR
Primero los cambios se extendieron por los brazos hasta llegar a los hombros y luego se apoderaron de su cabeza, dejándose caer más tarde por el resto de su cuerpo. Todo en él se convirtió en suave terciopelo, fragancia de aromas sutiles y tonos vivos, chillones como el sol luminoso del verano.
Al explotar la floración creyó reventar en un oleaje de dichas.
Pero sólo fue un suspiro pues pronto llegó el jardinero y lo decapitó.
Luis Torregrosa
Etiquetas: No me cuentes cuentos ni leyendas o te inventes historias
Posted by Mamots at 08:48
« Home