*****
Sin saber qué hacer con sus secretos se ranuró el pecho y uno a uno insertó -doblados con minucia- los poemas, las cartas, las tarjetas amorosas. Terminada la tarea, apretó las manos ensangrentadas sobre el tajo abultado y descansó.
Cuando la encontraron, una bandada de pajarillas de papel se desprendía de aquella herida y partía por la ventana.
Mónica Lavín
Etiquetas: No me cuentes cuentos ni leyendas o te inventes historias
Posted by Mamots at 09:49
« Home